
Ventanas encendidas que observan como monstruos en la noche
no desesperan ni esperan sin más;
son chicles pegados en la puerta del metro.
He cerrado los ojos y he visto el mar.
Imagino que el ruido de los coches son las olas.
Como el agua busco la forma.
Buscaba la poesía y encontré el dolor.
Por favor, dispárennos tenemos al enemigo dentro.
Bang-bang el enemigo está dentro.
Cómo te puedo decir lo que existe
entre la palabra y el silencio.
El espacio amarillo entre la pared y yo donde revolotea la mosca.
El último cuadro donde Van Gogh hablaba
de un campo de trigo volado por unos cuervos.
Qué te puedo decir de su tristeza azul -dime
del amarillo, el verde, el negro –di-.
Solo
que la mosca se estrella transparente contra la ventana
y la he abierto para poder escapar.
Hablo de eso transparente que no te deja escapar.
Bang
bang
está el enemigo dentro.
Ventanas encendidas como monstruos en la noche
no desesperan
te esperan sin más.
Son sonidos vacíos como las haches
casi transparentes
casi como nosotros
que buscan a ombres sin herrores.