Unidos en la sombra

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Sin

Apaga la luz

resulta agradable estar solo

con las manos haciendo

sombras chinescas

en la nada.

Apaga la luz.

Los sueños acá son así.

Las cosas sin son así:

sin alcohol sin azúcar sin nicotina sin cafeína sin amor sin alma

sin nada.

Es algo como estar aquí queriendo estar allí

o

besar con los ojos abiertos.

Me refiero a hueco, a  fachada, a  escenario, a concha vacía, concha vacía que se clava en los pies, a dolor, a dolor por nada. Nada.

O cuando yo

voy en el coche al gimnasio para montar en una bicicleta estática.

O tú mirando a los ojos del móvil mientras me hablas.

Nada. Qué le vamos a hacer… las cosas acá son así

sin:

sin nicotina sin cafeína sin amor sin alma

sin nada.

Íntimo

vamos a hacer una cosa

tú haces como que no estoy

y yo como que no vuelvo

y así

lo dejaremos todo

en una completa renuncia

como si no hubiéramos existido nunca

y entonces muy muy despacio entonces

lentamente

seré una sombra

                                detrás de ti y tú

detrás de la noche

fundirnos

bajo libros descuadernados

(aquellos que acontecen en pequeños milagros instantáneos y dan valor de eternidad al momento)

y estaremos a salvo

y nadie podrá entrar aquí

a nuestro lugar

al lugar íntimo donde duermen los pájaros

 

 

Inspirado en la película «Hierro 3»

Persianas

persianas

Persianas a medio bajar.

Persianas corridas en un rayo de luz.

Persianas luciérnagas en la noche.

Persianas perdidas entre los escombros.

Persianas que duelen a cerrado.

Persianas colmena

de avispas.

Persianas nido de golondrina.

Persianas cada vez más pequeñas cada vez más soga.

Persianas como bloque de edificios.

Persianas párpado azules de tristeza.

Persianas peregrinas con rincones arista.

Persianas mensaje en morse    (. . . – – – . . .)

Persianas bajadas, descuadradas, enrolladas.

Persianas ásperas.

Persianas entre el aire de los pájaros

y tú.

A veces

A la sombra de dos prunos en flor

dos ancianos –un matrimonio- sentados.

Entre ellos,

entre la sombra y sus piernas,

un perro dálmata.

También anciano.

A veces lo mira -a él- que le da algo de comida.

A veces la mira -a ella- que le acaricia.

A veces

se tumba y las manchas de su piel coinciden

con las sombras de las flores.

A veces la vida -no sé-  a veces…

mientras caen los pétalos

en la luz.

 

dedicado a mi amigo Juan Carlos

 

 

 

 

Cuando lo vi tuve que dar la vuelta y parar el coche y hacerle una foto. Os prometo, si queréis, en la próxima entrada os la enseño. Pero es que a veces tanta belleza duele y las palabras o las fotos siempre quedan tan lejos…

soy/yos buscando

las luces apagadas del laberinto

inmensos rincones silenciosos

caminar por adivinación

dar media vuelta e intentar

equivocarme de nuevo

la pared de kilómetros y kilómetros de hueco

la palabra existir

debería sembrarse por un jardinero

en un solar –abandonado- donde

solo crezcan escombros

la luz de la linterna

en profundidades jamás vistas

alegría, horror y Dios

acuerdan no decir nada

seguir el rastro de las sombras

dije yo silencioso yo “hola”

Hola. Hola. Soy yo.

Estoy aquí.

Yo no… consiguió murmurar el eco.