Cantás o ardés
o tirás muertos al vertedero.
–dice en perfecto argentino-
Extensiones de pestañas
o sustancias tóxicas podés encontrar allá.
Mientras vos acá con
la familia de un millón de dólares.
Sabés: Ríen las urracas también…
<señala con el dedo>
¿Entendés pelotudo?. ¿Entendés?
Con vos.
Con vuestro “AI-FON”, con todas esas pelotudeces
que solo sirven para ser infelis.
Y acá todo.
Y allá nanai.
¿Sabés lo que es el COLTAN, por ejemplo?
Y luego, pobrés negritos, pobrés.
<coge la botella y bebe>
Y te buscás en los espejos.
Y triste te preguntás
cuál fue el día
en que las gaviotas
decidieron cambiar
el mar
por los vertederos.
Cantás o ardés. Amigo.
Si no se sabe es como si no existiera.
«Fifteen men on the dead man’s chest
…Yo-ho-ho, and a bottle of rum!
Drink and the devil had done for the rest
…Yo-ho-ho, and a bottle of rum!»
Muere un bebé arrojado por la ventana
-dice el periódico- . <Bebo>
Y queda
algún resto de enero
en la escobilla del váter.
Al día siguiente
una nueva traición
que comienza hoy.
Y mañana
quierás o no
saldrá el Sol otra ves –dijo al despedirse
Y a veces –pocas-
-demasiado pocas-
cantará un mirlo escondido
en la calle vacía
al salir del bar.