Asomado en el balcón
el anciano
con boina y pantalón de pana
busca
los horizontes perdidos en el pueblo.
Quizás haya venido
a pasar el invierno
porque su hija –preocupada-
no le quiere dejar
solo.
Y sin embargo,
es aquí,
en esta jaula de ladrillos
sin atardeceres
sin estrellas
donde el cárabo tiene
el ala rota.
Asomado al balcón
ve cruzar a la gente:
Una niña
pasea de la mano de su padre.
Su pelo le recuerda
el vaivén de los abedules en el monte.