Nos miran

Nos miran.

No son estrellas. Nos miran

desde nuestra oscuridad hasta sus ojos

esperan

como la araña a la polilla.

Polillas que se estrellan contra tu ventana insomne.

Ventanas iluminadas en ciudades muertas.

Luces con dientes de tiburón cantando

la canción del naufragio.

Rochas negras da Costa da Morte

aguardan

-en silencio voraz-

tu golpe seco de pájaro herido;

el clac

con el que se despide la flor marchita;

el olor almizclado a fruta

demasiado madura demasiado podrida.

Están ahí, en el garaje,

cuando sales del coche de madrugada.

Están

en esa llamada a deshora.

Habitan todas tus esquinas oscuras.

Ven,  cierra los ojos –dicen

y sueña

que no podrás despertar.

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Ser serpiente

ser joven otra vez

y poder equivocarme de nuevo

ver todo con

nuevos ojos

otros ojos que no

son

estas tristes y cansadas celdas

de mirada descreída y maliciosa

que siempre

siempre

desconfían y no saben ya

quién es ése

que se mira afeitándose

y duda

si apretar un poco más

la cuchilla en el cuello

poder                   volver                   a creer

limpio

y abierto

como la mano tendida de un niño

a su padre

y pensar

que todavía  se puede

y pensar

empezar de nuevo…

ser serpiente

que muda la piel y deja

entre rastrojos

-estos ojos –

estas cicatrices y durezas

que tanto hablan de mí

Los arces otra vez

Los arces otra vez tan rojos.

Y las tiendas a las que íbamos

han cerrado o ya

son otras tiendas.

Alguien

que eras y no eras tú

ha cruzado la calle pequeña

rápida y embozada.

Al mirarte al mirarla

quise decirle:

Tienes los mismos ojos que tu madre.

En el silencio

de un polígono industrial en domingo

-bajo el cielo gris-

una formación de

grullas hacia el sur

se llaman.

El dolor

cigarro

Y despertó

y no era la misma persona.

Los ojos ventanas del  Hotel Nadie

suelen hacer estas cosas…

Algo parecido a las agujas tranquilas

invisibles divergentes.

Hecho pedazos a medio

camino de un círculo perfecto

y una espiral infinita

-Sus otros yo-

Se quedó quieto y no estaba solo.

No estaba solo:

-¿Aún fumas?

-No ya no

-Pues lo harás

Y se apagó la brasa en el brazo

buscando la vida en

el dolor.

El puente de Tavira

el rio

el puente con

siete ojos

blanco está

atardeciendo

y las golondrinas sobre ellos

sobre el puente sobre

siete ojos

en parejas tal vez

cientos

que van y vienen, van y

las golondrinas en sus nidos

en las cornisas

cantan

oscurece y se escurre

la luz

como se escurre la vida

<sms> Hola

<sms> Hola

<sms> Hoy ha fallecido la mujer de José. La entierran en La Almudena mañana.

<sms> Mierda. Estoy en Portugal. No podré estar. Le llamaré. Muchas gracias.

se la llevó el cangrejo demasiado joven

joven demasiado joven

y a José le gustaba viajar

con ella

y a ella le gustaban las golondrinas

 

cantan

 

cantan y hacen sus nidos bajo las tejas

mientras la luz de septiembre se escurre

como la vida

en Tavira

Tavira