Palabras que no. Abismo que deshoja la danza derviche ¿o es la herida que de nuevo huye con los animales pequeños? Caleidoscópicamente noche. El desierto (este es el título del poema pero se me ha colado aquí entre las llamas). Y la hoguera que palpita. Dejarse de ser uno –despacio- y desprenderse de la piel al fuego. El recuerdo de unos pasos de gato. (Silenciosas, estas palabras, han entrado por la ventana) Descalzarse entre las piedras y convertirse en arista que disuelve el sueño en insomnio con dolor. Aquí en Madrí la g´ente no quiere hacerse viej´a –dice A. Sombras de palabras (...) Ser, como la nieve, más delicadeza que frío.