
Últimamente
una paloma me enseñó
a dejar caer el polen de la flor,
a llover suave
y menudo,
a mover las alas manteniéndote en el sitio,
a afinar los pensamientos…
Leonard Cohen me enseñó
los gritos agudos
y repetidos
de los perros cuando los maltratan.
Esto no es China –dijo
Nadie se lo va a comer.
Pero todavía
sigo sin encontrar
la palabra
que siento
cuando veo escrito tu nombre.
Ilustración: Leonard Cohen en "Libro del anhelo" de Editorial Lumen
mi droga secreta es la muerte/la tomo cuando te veo/y tú no me ves