No sé

Hoy he visto

un bellísimo halo solar

sobre Móstoles.

Debajo de él,

en el comedor social,

más de trescientas personas esperan

su bolsa de comida

diaria.

A veces me dan ganas

de llorar

y no sé si es

de belleza

o dolor.

belleza o dolor

 

 

dedicado a todas las personas voluntarias del comedor social San Simón de Rojas

Anuncio publicitario

Belleza voraz

pero estaba por todas partes

en los ojos cerrados en el espejo

detrás de las puertas estaba

tan dolorosamente animal

tan devastador monstruo río

demasiado fuego            fuego

como lluvia carnívora que hace espirales

en las sombras en los sombreros y en las simas

de la cordura

campos de amapolas que apuñalan el cielo

con su rojo feroz

dejan un rastro de sangre en minúsculas gotas

sobre el trigal

duele duele

olor a tormenta  y a rosas y a espinas

zarpazos de belleza voraz

no mires atrás no mires

la bestia está en ti

ya es demasiado tarde

el deseo te arrastra compulsivo

torrente poema

de barro ramas ruinas

haciendo una presa en el corazón

apunto de estallar

Sin

Apaga la luz

resulta agradable estar solo

con las manos haciendo

sombras chinescas

en la nada.

Apaga la luz.

Los sueños acá son así.

Las cosas sin son así:

sin alcohol sin azúcar sin nicotina sin cafeína sin amor sin alma

sin nada.

Es algo como estar aquí queriendo estar allí

o

besar con los ojos abiertos.

Me refiero a hueco, a  fachada, a  escenario, a concha vacía, concha vacía que se clava en los pies, a dolor, a dolor por nada. Nada.

O cuando yo

voy en el coche al gimnasio para montar en una bicicleta estática.

O tú mirando a los ojos del móvil mientras me hablas.

Nada. Qué le vamos a hacer… las cosas acá son así

sin:

sin nicotina sin cafeína sin amor sin alma

sin nada.

El dolor

cigarro

Y despertó

y no era la misma persona.

Los ojos ventanas del  Hotel Nadie

suelen hacer estas cosas…

Algo parecido a las agujas tranquilas

invisibles divergentes.

Hecho pedazos a medio

camino de un círculo perfecto

y una espiral infinita

-Sus otros yo-

Se quedó quieto y no estaba solo.

No estaba solo:

-¿Aún fumas?

-No ya no

-Pues lo harás

Y se apagó la brasa en el brazo

buscando la vida en

el dolor.

Sombras blancas

 

Éramos sombras blancas

que significan no.

Éramos perderse fuera

dentro de ti y de mí

(No importa el final

donde aniquilarnos)

Éramos un infierno

y un silencio.

La geometría perfecta de hacerse daño.

Éramos tres o cuatro

minutos de follar.

¿Para qué? Perdona.

No quería. Perdona.

Éramos tiburones

en un mar de sangre.

 

 

tiburón

miembro fantasma

dicen los soldados

que han perdido un brazo o una pierna

que todavía pasados muchos años

les duele

les pica

incluso sienten cómo se mueven

sus dedos

o los rayos del sol

en la piel

hasta hay veces que notan

cómo se posa alguna mosca molesta

en ese yo ausente

así, de esta manera, es cierto

que pueden vivir

sin él o sin ella

pero también es cierto

que no hay día, hora, minuto que no se acuerden

de ellos

-aunque sea de una manera inconsciente-

siempre

imagino que a esta altura de poema

ya sabrás

que no te estoy hablando de soldados

helado de limón

excusas

abro la puerta y me digo a mi misma

que soy fuerte  como un helado de limón

que en las escaleras hay un juguete

con una sonrisa y una lágrima

en el suelo

que hay un lugar para volver

un lugar para juntos

 y nadie más

dulce helado de limón otra vez en el suelo

y los tambores tocan verdad

igual que las campanas tocan a muerto

y me digo a mi misma

que soy buena

y fuerte

y que puedo sin ti

y me digo a mi misma

y me cuento yo qué sé

-cualquier excusa-

para seguir rompiéndonos juntos

Camino

piedras

por fin

el camino

interminable

de piedras

blancas

el blanco camino largo vacío

muy piedra

heridas

paso corto

huesos

justo detrás

de las colinas

desertoras

un camino pasa

entre piedras blancas

extrañas

incrustadas entre las heridas

cada una

-hay cientos-

no son de nadie

como tampoco son

las tempestades

y la violencia

que

a veces

van disfrazadas de coches

lentamente

por el camino

tan vacío como blanco

y desaparecen

de repente

en una mancha de sangre

sobre el horizonte

Los golpes de los que hablaba Vallejo

guernica-mujer

La primera vez,

                  yo nunca ya

volveré a ser.

                 Desde que otra

como tú

me guio ciego contra una pared

y dijo: “esto

es para que no confíes en nadie”

– te amaba –

Entonces y después nunca

el mismo. Luego

hay otras como tú

en el impacto de un suicida contra

el suelo,

en sus ojos como

arrepentidos

y en el sabor de la carne

después.

En la guerra, Manuel, nacen nuestros

monstruos << 1 hora 18 minutos 50 segundos

de Una Historia Verdadera: “Todos

durante todos estos años

menos yo” >> intentando olvidar

que fueron cristal con

demasiadas pastillas demasiado

alcohol

para borrar estas ya

desordenadas palabras que gritan:

DSEUEPS NCUNA EERS EL MSMIO

He dejado una manzana

manzana
He dejado una manzana en el coche
porque es verano, porque
allí dentro
al sol
se cocerá como en un horno.
Era bella y roja y yo
la veré agonizar decrépita:
arrugarse, oscurecerse,
tocar pegajosa  la descomposición
y pasar la lengua.
Oler su perfume como
a flor muerta. Dulce.
-Ella me dijo siempre-
Aquel gordo que conocí
también
decía querer mucho a su perro
pero se le olvidó
allí dentro
mientras se emborrachaba.

Poema y fotografía: Manuel Alonso
Publicado originalmente en Salto al Reverso http://saltoalreverso.com/

Querida Frida

Frida

Querida Frida.
Las mañanas son menos luces y los atardeceres más grises.
Las palabras tan secas y saber
que las golondrinas, algún día, no;
que yo algún día no.
Ahora te comprendo ¿Sabes?
Aquello del dolor que me decías
en tus letras futuras.
He despertado el domingo y seguía cayendo.
Y todo parece que Paracetamol y Diazepan y el mundo es una cama
de la que no quieres salir.
Frida.
Te extraño muchísimo. Aunque
Diego dice que acabará el fresco el día 20.
No te fíes de ese sapo.
La otra noche vi
que alguien había pintado en la pared y en el suelo
la silueta de una señal de STOP.
La única farola de la calle se enciende a las nueve ¿Sabes?
Y poco a poco
según cae la noche y los colores se apagan y solo queda
su luz naranja;
puedes ver cómo coinciden la sombra y el grafiti.
Así, quietos, durante toda la noche, como
dos amantes.

Mi alada de Coyoacán. Siempre tuyo