
He dejado una manzana en el coche
porque es verano, porque
allí dentro
al sol
se cocerá como en un horno.
Era bella y roja y yo
la veré agonizar decrépita:
arrugarse, oscurecerse,
tocar pegajosa la descomposición
y pasar la lengua.
Oler su perfume como
a flor muerta. Dulce.
-Ella me dijo siempre-
Aquel gordo que conocí
también
decía querer mucho a su perro
pero se le olvidó
allí dentro
mientras se emborrachaba.
Poema y fotografía: Manuel Alonso
Publicado originalmente en Salto al Reverso http://saltoalreverso.com/