
Esta calcomanía
en la pared
que ahora me llega
a la rodilla
la pegué yo.
Casi puedo oler
freírse las patatas
de la tortilla
de la cena
de esas noches.
Las madres
nos llamaban a gritos
desde las ventanas.
Cinco minutos más… mamá.
¿A qué jugamos?
Todavía tengo la cicatriz
de la bici.
Está en la rodilla.
Es como una calcomanía.