El agua se da un banquete
con los hijos del sol.
Clavan sus caras en el horizonte
doradas cosas en el cielo.
Ignoran borrosos el azar.
Y poco a poco
la playa se llena
desnudos,
en silencio,
se llena
de verdad las orillas.
El blanco –casi rojo-
observa y tuitea expiando su culpa (ese aparato también lleva coltán):
Un hombre muerto en las playas #Cádiz #vergüenza #inmigración
Mientras otro, un culturista tatuado,
bestialmente,
se hace fotos con un bebé delfín
moribundo.
Poema de El libro rojo