Querida Frida

Frida

Querida Frida.
Las mañanas son menos luces y los atardeceres más grises.
Las palabras tan secas y saber
que las golondrinas, algún día, no;
que yo algún día no.
Ahora te comprendo ¿Sabes?
Aquello del dolor que me decías
en tus letras futuras.
He despertado el domingo y seguía cayendo.
Y todo parece que Paracetamol y Diazepan y el mundo es una cama
de la que no quieres salir.
Frida.
Te extraño muchísimo. Aunque
Diego dice que acabará el fresco el día 20.
No te fíes de ese sapo.
La otra noche vi
que alguien había pintado en la pared y en el suelo
la silueta de una señal de STOP.
La única farola de la calle se enciende a las nueve ¿Sabes?
Y poco a poco
según cae la noche y los colores se apagan y solo queda
su luz naranja;
puedes ver cómo coinciden la sombra y el grafiti.
Así, quietos, durante toda la noche, como
dos amantes.

Mi alada de Coyoacán. Siempre tuyo