El palomar

el aire las llama

pájaros abuelo

en casa siempre

siempre

una casa antigua

una pequeña puerta

y aquel ulular

la mesita del té

lleno de telarañas

y telarañas

un sonido blanco

creo que me sentía querida

hace ya más de diez años

en sus manos se sentían libres

no dormía

murió por la tarde

él era el palomar

Inspirado en el relato El palomar de Natalia León

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Incapaz

Si te dijera que

la poesía

está

en la flor del laurel de unos días de junio; en el

aleteo de las hojas que caen por el viento

también en primavera;

en los amarillos –en todos los amarillos-

de los dientes de león; en el humo

de aquel cigarro que asciende y asciende y asciende

hasta el lugar donde habita el olvido

y

sobre todo

en ese abuelo

que se acerca encorvado y se sienta

con su barba blanca turbante blanco chilaba blanca

y en todas

y cada una

de las arrugas de sus manos.

Os lo aseguro. Sí, os lo aseguro,  está ahí la poesía.

El resto es

mi incapacidad de nombrarla.