Nos miran.
No son estrellas. Nos miran
desde nuestra oscuridad hasta sus ojos
esperan
como la araña a la polilla.
Polillas que se estrellan contra tu ventana insomne.
Ventanas iluminadas en ciudades muertas.
Luces con dientes de tiburón cantando
la canción del naufragio.
Rochas negras da Costa da Morte
aguardan
-en silencio voraz-
tu golpe seco de pájaro herido;
el clac
con el que se despide la flor marchita;
el olor almizclado a fruta
demasiado madura demasiado podrida.
Están ahí, en el garaje,
cuando sales del coche de madrugada.
Están
en esa llamada a deshora.
Habitan todas tus esquinas oscuras.
Ven, cierra los ojos –dicen
y sueña
que no podrás despertar.
Bosque Baobab 
¡Hermoso! ☺
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Gracias María. Los miedos habitan en nosotros escondidos esperando. Saludos.
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Excelente, Manuel.
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Muchas gracias. Fobias, miedos, angustias… son
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capaces de marcar nuestro camino. Al superarlos o no.
Muchas gracias por leer y comentar. Un abrazo
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