Los arces otra vez tan rojos.
Y las tiendas a las que íbamos
han cerrado o ya
son otras tiendas.
Alguien
que eras y no eras tú
ha cruzado la calle pequeña
rápida y embozada.
Al mirarte al mirarla
quise decirle:
Tienes los mismos ojos que tu madre.
En el silencio
de un polígono industrial en domingo
-bajo el cielo gris-
una formación de
grullas hacia el sur
se llaman.
Ay qué bonito!!
Sobre todo el final.
En realidad todo.
Gracias!!
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Muchas gracias Paloma. Decía Basho que el poeta tiene el compromiso con el universo de intentar devolver esos instantes de belleza que ha podido contemplar. Y la verdad que esas grullas lo fueron…
Un abrazo.
Manuel.
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Pues has cumplido con el universo 🙂
Besos!!
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Jajaja muchas gracias. Eres muy generosa.conmigo. Un abrazo
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Maravillosa poesia, eso denlas tiendas han cerrado o son otras es un efecto de vacio que pega en lo mas profundo
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Muchas gracias Óscar. Las tiendas son como los faros en la costa de las calles… Un placer que te haya gustado el poema. Un saludo.
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