Gira la cabeza y la mirada clava tiburón en la carne.
[Hombre 1]: Vamos hasta donde quieras, vamos, no tengo miedo.
[Hombre 2]: Nos matamos, si quieres, no tengo miedo.
No. Lo perdí de niño en el patio del colegio cuando decidí apretar los puños y pelear. Cuando estaba tragando polvo y arena y pelear. Era eso o escapar toda mi vida de mí. Y la aleta dorsal nació sola y los dientes se apretaron a la mandíbula. Ya no es un hombre aquel que está frente a ti, ni un hermano, ni un padre, ni un hijo. Es una cosa que hay que destruir, romper, quebrar, matar, matar.
[Hombre 3]: Luego; no importa luego. Solo ahora.
Él o tú. Ahora. Se me inflama el pecho y la sangre torrente por las venas; las aletas de la nariz/agallas se abren y algo estalla y algo sube por las entrañas y mi único pensamiento es morder. Todo es túnel, túnel absoluto, túnel punta de cuchillo y al otro extremo aquello que necesito voraz no-exista:
dientes y cuchillos, dientes-y-cuchillos, dientesycuchillos vvvvvdientesycuchillosvvvvv
El resto son trapos: prendas del disfraz con las que el tiburón se viste de hombre y puedes leerlas en los libros de Historia.
TIBURÓN // Hipócrita hombre di que tú no eres así/que soy un monstruo/que debo ir a la cárcel/al manicomio/a una isla desierta, al infierno./Mientras sigues nadando en el mar de sangriento/ en el Mar en Guerra./ Y ella, generación y generación de mujer/ criando carne para nosotros/ devorarla/por instinto.
Teatrema del libro El secreto de Zelda Zonk
Muchos tiburones que hay en el mundo.
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Sí. Hay muchos tiburones hombre. Y cuando me refiero a hombre no es genérico, sino género. La agresividad es un problema del sexo masculino que debemos (yo me incluyo) superar. Quizás sea una cuestión biológica generada por la testosterona. Esta agresividad es la que ha provocado históricamente tantas guerras y destrucción por desgracia.
Muchas gracias por pasearte por el bosque. Aprovecho y te deseo un feliz 2020. Un abrazo.
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