A la sombra de dos prunos en flor
dos ancianos –un matrimonio- sentados.
Entre ellos,
entre la sombra y sus piernas,
un perro dálmata.
También anciano.
A veces lo mira -a él- que le da algo de comida.
A veces la mira -a ella- que le acaricia.
A veces
se tumba y las manchas de su piel coinciden
con las sombras de las flores.
A veces la vida -no sé- a veces…
mientras caen los pétalos
en la luz.
dedicado a mi amigo Juan Carlos
Cuando lo vi tuve que dar la vuelta y parar el coche y hacerle una foto. Os prometo, si queréis, en la próxima entrada os la enseño. Pero es que a veces tanta belleza duele y las palabras o las fotos siempre quedan tan lejos…
Precioso.
A veces hay mucha belleza en la vida.
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Gracias Paloma. Decía Rilke que estaba en todas partes… yo no tengo esa suerte de verla tan a menudo. Pero cuando la veo me pongo hasta nervioso 😄 ¿quieres que te la mande y tú haces otro poema y lo cuelgo junto a este?
Un abrazo
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Muy hermoso. Un saludo!
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Muchas gracias Susana. Solo intenté devolver (torpemente) la belleza que sentí. Un abrazo
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Comparto opinión. Otro abrazo, Manuel.
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Muchas gracias Eladio. Es una suerte estar vivo y contemplar la belleza e intentar devolverla a los amigos como tú. Un abrazo
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Me encantaría ver la foto y escribir algo para tu blog, pero no sé si se me ocurrirá algo. Ya sabes que la poesía va por libre y no se deja forzar.
Besos!!
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