Entre sueños
he escuchado una canción que ya conocía.
Sonaba en mi cabeza sonaba
como olas.
Y al despertar,
antes de olvidarla, he ido al PC y la he buscado por si
tenían algo que decirme
unas letras de un mar que no cesa.
Hablaban de mí, cuando era joven,
cuando creía que era inmortal y todas
las personas a las que quería
también lo eran.
Cuando éramos
tan estúpidamente bellos y tiernos y
todo era nuevo y las heridas tan hondas.
Las risas.
Las traiciones.
El amor.
Cuando todo era posible
y el mundo se podía parar.
(Una tarde David, totalmente borracho, se metió en una fuente helada pensando que iba a aguantar su peso. El hielo se rompió y David se mojó hasta el cuello. De un salto –nunca he visto uno tan rápido- volvió al parque. Todos nos reímos hasta llorar. Mientras él, pedo y congelado, sólo decía “no sé cómo me he mojado tanto si ha sido entrar y salir”)
A los pies de este estanque canción
dibujo vuestros nombres en el agua
(David, Rosana, Chema…)
y descubro
que es mi rostro el que se borra
como las estelas de los barcos a los que prometimos embarcar
algún día
mientras vosotros
seguís ahí
divertidos –para siempre-
entre pipas, cartas y cerveza.
Mi canción favorita de uno de mis grupos favoritos. Esas guitarras ponen la piel de gallina. Qué buenos eran…, y tuve la suerte de verlos tres veces en directo. Saludos.
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Muy bueno, muy real, muy sentido y muy triste. Me ha encantado «El estanque», espero el siguiente.
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